Mientras que el mundo entero se esta deteniendo, aprendemos rápidamente a valorar nuestras conexiones por medios virtuales, FaceTime y las conocidas llamadas telefónicas. Azarosas conferencias on-line no son iguales que una conversación en la vida real, tampoco es un emoji de corazón tan reconfortante como un abrazo, pero es sin duda mejor que nada.
Como todo buen “millenial”, la mayoría de mis interacciones están en Instagram. Dentro de todos los mensajes que recibí de amigos, familia, colegas y lectores de Vogue, los que más me afectaron fueron aquellos preguntando por mi hermana gemela, enfermera en una unidad de cuidados intensivos neonatal de Nueva York. Amigos diseñadores que han encontrado a Liz (o que la confundieron conmigo en la calle) me contactan para saber como esta y personas que ni siquiera la conocen me dicen tenerla en sus pensamientos. Varios preguntan como pueden ayudar. Médicos y enfermeras están básicamente en primera línea peleando contra el coronavirus, y como si fuera poco, los hospitales del país—especialmente en las ciudades principales como Nueva York—tienen dificultades en prepararse para un pico de casos. En su punto máximo, Nueva York podría necesitar al menos 110.000 camas en hospitales y según el gobernador de la ciudad Andrew Cuomo, solo tenemos 5.000.
Muchos de nosotros hemos escuchado que los hospitales del mundo también se están quedando sin suministros, específicamente, sin barbijos. Es un problema que tiene dos partes: La mitad de los barbijos utilizados en los hospitales de EEUU están producidos en China, que ha parado temporalmente sus exportaciones, lidiando con su propia crisis sanitaria. Incluso con la ampliación de la producción, las fabricas chinas no pueden satisfacer la demanda (exacerbada por el pánico). Profesionales no médicos están comprando en el mercado negro los suministros para ellos a precio de oro. Es irresponsable y probablemente innecesario, el centro de salud de EEUU repitió que el gran publico no necesita usar barbijos. Es más, mi hermana señaló rápidamente que los barbijos quirúrgicos comunes no te protegen completamente del coronavirus. Esta infografía del centro compara brevemente un barbijo quirúrgico (de papel) y un barbijo N95, que filtra 95% de las partículas en suspensión. Ambos deberían utilizarse una sola vez.
Además de mi buen amigo viviendo en Delhi, India, donde un N95 es una necesidad diaria debido a la contaminación, la gente no debería usarlos. He visto turistas visitando el World Trade Center con N95, y famosos e influencers luciéndose con sus N95 en Instagram. Por lo general solo para hacer mandados o dar vueltas en Los Angeles. No puedo evitar enojarme, cuando veo que a mi hermana solo le dieron uno—uno!—N95 para usar una y otra vez (el hospital le recomienda guardarlo en una bolsa de papel entre las guardias). Eso podría durar semanas o meses, es poco probable que las cosas vayan a cambiar pronto; llegamos a un punto en cual el centro de salud de EEUU esta aconsejando a enfermeras y médicos a usar pañuelos si no pueden encontrar barbijos.
Diseñadores con empatía intentan encontrar una forma de ayudar. Phoebe English tiene un taller lleno de tela, subministro y equipamiento de producción, y esta intentando trabajar con el gobierno de Inglaterra para hacer barbijos. Coperni’s Arnaud Vaillant subió en su sitio web un patrón de costura para cualquier persona que quiera hacerse un barbijo de tela en casa (Barbijos de grado medico necesitan ser hechos con material especifico). Su selfie en Instagram viene con una advertencia: ‘’Dejen los barbijos para hospitales y #makeyourownmask… hay una enorme ausencia de barbijos en Francia… y los hospitales los necesitan urgentemente.”
Hoy, el gobernador Cuomo llamó a los confeccionistas de ropa a investigar como producir barbijos. Christian Siriano respondió al instante en Twitter para ofrecer la ayuda de su equipo, igual que otros diseñadores. Según mi hermana, además de barbijos, deberían buscar también una forma de hacer batas y paños quirúrgicos, que cubren a los pacientes durante las operaciones. Su hospital se esta quedando rápidamente sin estas cosas, que hacen falta para curar tanto a los pacientes del coronavirus como a los demás. Batas y paños están hechos con tela fina, posiblemente de algodón, seguramente un diseñador puede producirlos en su taller. El desafío principal será de asegurar una producción en un ambiente limpio para llegar en los hospitales en un embalaje estéril. Algunos tejidos deben ser aprobados por la FDA como “estéril”, ya que las enfermeras y médicos necesitan usar ropas estériles para la parte de quirúrgica. Cada vestido estéril tiene que salir con su propio embalaje de plástico, y las fabricas tienen que seguir la reglamentación de la FDA.
Sin embargo, existe también una necesidad para indumentaria médica “común”, para la cual una clasificación “estéril” no es necesaria, pero si que estén nuevos y limpios. Para algunas tareas —por ejemplo, asistir en una sala cirugía o para ver un paciente en situación de aislamiento—batas comunes son suficiente. “Serian principalmente para cubrir los guardapolvos, que pueden estar sucios, o para protegerse de cualquier cosa contagiosa que traigan los pacientes” explicó Luz.
Entonces, parece realmente posible que los diseñadores del mundo puedan colaborar haciendo indumentaria quirúrgica, batas comunes, y tal vez barbijos. Las grandes marcas y grupos económicos podrían asociarse con los hospitales u organismos de salud para encontrar una forma de producir indumentaria médica. La iniciativa de LVMH de transformar sus fabricas de perfume para producir alcohol en gel va seguramente a dar ideas.
Seamos realista: Enfermeras y médicos van a utilizar toda la ayudar que reciban, que sea ayuda física, económica o emocional. El Instagram de Liz esta principalmente lleno de peticiones y testimonios de otras enfermeras y médicos que se sienten desprotegidos; Se supone que deben trabajar hasta caer enfermos, pero no tienen medios o equipamiento para mantenerse saludables. Por supuesto, es el trabajo “por el cual firmaron”, pero nadie estudia medicina pensando que todo se va caer con una crisis mundial, o que su hospital no logrará protegerlo de ella. Se sienten cegados y en riesgo, entonces si encuentran una forma de ayudar—que sea haciendo donaciones, mandando comida, haciendo barbijos o simplemente compartiendo palabras de apoyo—por favor háganlo.
Esta nota es una traducción, para leer la original AQUI
FUENTE: VOGUE
ESCRITO POR: EMILY FARRA
FOTO : Getty Images